viernes, 30 de diciembre de 2011

Sueños pendientes esperando ser cumplidos.

Distancia... Me gusta el sonido de esa palabra, pero no sabéis cuanto odio su significado.
Cada vez que viene a mi cabeza el daño que nos hace esa palabra me hundo, mis ojos se llenan de lágrimas que, salvo rara vez, no llegan a caer, y precisamente por eso duelen más.
Cada día esa palabra se me hace más y más grande, y se supone que debería ser al contrario. No lo entiendo. Cada día él saca más "supersonrisas" en mi rostro, cada día le amo más (ya es difícil), pero cada día le extraño más, necesito un abrazo suyo, necesito un beso y un 'te amo' susurrado por sus labios en mi oído.
Sueño con que un día, y espero que no muy lejano, nos encontremos uno frente al otro, dados de la mano, mirándonos a los ojos; que nuestros labios se unan en el beso tan esperado mientras sus brazos rodean mi cintura y los míos su cuello; que nos sentemos en la playa y veamos las olas morir en la orilla mientras el sol se va escondiendo y dejando paso a las estrellas; que, simplemente, me pueda perder en su mirada; que cuando su preciosa carita no tenga una sonrisa dibujada, mis dedos levanten los extremos de sus labios curvándose felizmente; que cuando mis lágrimas estén cayendo por mis mejillas él me abrace y después, mientras me mira a los ojos, me seque las lágrimas de forma delicada; que, al ver una peli de miedo, pueda abrazarle buscando cobijo; que cada noche pueda dormir abrazada a él y a la mañana despertar y darle un dulce beso en la mejilla esperando que en sus labios aparezca una sonrisa; que un día, escuchando alguna canción que nos encante a los dos, él apoye su cabeza en mi regazo y así acariciarle el pelo hasta que se duerma; sueño con tantííííísimas cosas a su lado... Y espero que algún día, alguno de esos sueños, llegue a cumplirse.
Paciencia Lucía, paciencia.

Prometí ser tuya para siempre, y te aseguro que lo cumpliré.
Te amo mi niño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario