sábado, 14 de abril de 2012

2 años ya.. :(

Te echo de menos, te extraño, te añoro.. Son diferentes formas de decir que me faltas. Hoy hace dos años que te fuiste y no sabes cuánto te echo de menos. Extraño esos sábados en los que me sentaba en el sofá nada más levantarme, venías y te sentabas junto a mi mientras te apoyabas en mi rodilla y decías un dulce "¿qué pasa, chata?". La cantidad de veces que te hice muecas cuando me decías: Lucía, ¡estudia! Y a mi no me apetecía. Esos lunes por la noche que nos dejabas quedarnos hasta tarde (las 12) viendo NUMB3RS contigo. Añoro esa carita que ponías cuando mi madre te hacía sentarte y hacía ella la comida para que tú descansases. La sonrisa maliciosa y divertida que tenías en la boca cuando comías "accidentalmente" algo con azúcar.
Jamás olvidaré el último día que te vi, en el hospital. Yo estaba mala y al despedirme no pude darte ni un mísero beso para no pegarte la gripe y que te pudiesen operar. ¿Sabes? Ojalá te lo hubiese pegado, ojalá no hubieses entrado al quirófano, y menos cuando yo estaba en Tenerife, igual aún estarías aquí..
Tampoco olvidaré lo último que te conté por teléfono, menuda chorrada fue. Ni que dentro de 10 días sería tu cumpleaños.
¿De qué me arrepiento? De no decirte que te quería, te quiero y te querré. De que no hubiésemos tenido tiempo suficiente para que me contases tus historias de cuando eras más joven y yo pudiese entenderlas.
No nos diste tiempo a darte las gracias. ¿Por qué? Pues por acogernos en tu casa cuando nosotras no podíamos pagar la nuestra, por esos detallitos que tuviste con nosotras, por apoyar a tu hija cuando quedó soltera y embarazada de mellizas, por ser una de las dos mejores abuelas del mundo.
Ese increíble carácter, esas chispas que saltaban entre mi madre y tú aún con el máximo cariño, esas miradas, esos besos que dejaban tu carmín en nuestras mejillas, esos paseos, esa parte de mi infancia en la que me acompañaste, las cosas que aprendí de ti, TODO quedó guardado aquí dentro ♥, en mi cabeza, pero sobretodo en mi corazón. En mi corazón, en el de tus hijos, el de tus otros dos nietos y tus dos buenas amigas.
Escápate un ratito del cielo y ven a abrazarme...
Te echo de menos, abuela. :'(

viernes, 6 de abril de 2012

Aunque sea por un tiempo.

Me gustaría decirle adiós al blog por un tiempo, ya no me gusta lo que escribo, los borradores que hago y las cosas que se me ocurren. Tengo la cabeza en otro sitio, a mil cosas al mismo tiempo. Simplemente diré que estoy por tirar la toalla, dejar la vida pasar, sin dar palo al agua, sin pensar en un estúpido por qué, y hacer lo que algunos llaman "vivir la vida". Quisiera emborracharme y olvidar todo por unas horas para después, con resaca incluida, llorar a montones y pfff.
Es que no sé qué coño quiero para mi, siempre pensando en los demás, en que los demás se sientan orgullosos de mi, creyendo que yo también lo sentiré. ¿Dónde está esa chiquilla a la que lo que pensasen los demás le daba igual? Que me digan dónde que voy a buscarla. Quiero poder hacer lo que me de la gana y aún así no perjudicar mi puto futuro o a las personas que realmente me importan, es de las pocas cosas de las que estoy segura que quiero. No se puede tener todo, pero es que en Cantabria yo no tengo nada. Y diréis: por lo menos tienes a tu madre, tu hermana, tu tía, tus compañeras de clase... Pues no, es como si no estuviesen. Mi madre tiene demasiadas preocupaciones como para estar yo con mis tonterías pidiéndole ayuda, que solo soy una quinceañera confusa. Mi hermana pasa de todo, mi tía está ingresada y para mis supuestas amigas es como si yo no existiese, como si fuese una carga más, pero una carga que aguanta todos sus desahogos.
Ya no me apetece ni escribir en el blog, que era mi única forma de descargarme, de expresarme, de todo... Quiero perderme por algún lugar solitario, aclarar mis ideas y cambiar de aires. Quiero beber hasta marearme y sentirme feliz, aunque en realidad esté de pena. Ahora entiendo a los borrachos y a los que fuman, todo el mundo se dedica a criticar, pero si hacen lo que hacen es por algún motivo, yo creo que buscan sentirse bien por un rato, porque el tabaco te relaja y el alcohol te alegra. Lo sé porque, aunque nunca me he emborrachado, he bebido hasta marearme y estar un poco contentilla; porque, aunque no he probado un cigarrillo en mi vida, mi madre fumaba y dice que ahora solo le apetece cuando está nerviosa.
Quiero un abrazo de esos que son en silencio y que duran mucho, en esos que sientes que la otra persona está ahí y te apoya, esos que te llenan.