martes, 9 de octubre de 2012

Nuevo blog;

He decidido hacer un nuevo blog ya que este tiene demasiados recuerdos para mí, recuerdos que duelen. De todas formas, no lo voy a borrar. Aquí dejo el link, por si alguno quiere seguir leyendo algún texto mío, aunque no sean gran maravilla.

http://unaformadeevadirme.blogspot.com

lunes, 10 de septiembre de 2012

Libertad.

Alquilamos un coche y nos fuimos de esta mierda de casa, de esta puta provincia. Nos quedamos una noche en Cáceres y aprovechamos para ver el casco antiguo.
Al día siguiente fuimos a un hotel a las afueras de Huelva "city", vacío, con piscina, con una recepcionista súper maja.. La primera noche fuimos a cenar a Mazagón "pescaito" frito y una mujer aparentemente pobre nos pidió un poquito de pescado. Teníamos un plato con pescados de 3 tamaños diferentes y de los más grandes sólo quedaba uno. Mi madre, esperando agradecimiento por parte de la mujer, encontró la caradura de una cabrona asquerosa. Se cogió el grande, la miré con incredulidad y se rió en mi cara. Mi madre y yo nos miramos y yo dije: -Mami, a la próxima no des nada de comida, que nosotras tampoco tenemos dinero y no vamos por ahí de caraduras.
Yo soy de esas personas que da un par de moneditas a la gente que no te avasalla con "por favor, dame dinero, tengo familia, no tengo casa, por favor, una monedita" -.- se lo doy al negrito de la puerta del supermercado que no te dice más que "holaaa", sonríe y se calla como diciendo: estoy aquí pero no me des nada si no quieres. O al chico de unos 19 años que se sentó en una calle del casco antiguo de Cáceres y se puso a cantar flamenco con una voz increíble y un sentimiento que para estar pidiendo dinero era demasiado. Y de mayor se lo daré a Cruz roja.
En fin, ella me respondió: +Lucía, yo no tendré dinero, pero cuando tengo un plato de comida servido, no me importa compartirlo.
¡Zas! Me dio una lección importante, como todas esas que me ha ido dando a lo largo de mi vida. Mi madre es la personificación del concepto "buena persona".
El segundo día fuimos a Sevilla. Vimos la Giralda sentadas en unos bancos y recorrimos el Barrio de la Santa Cruz. Cenamos en Huerva "city", el pobre camarero se sentía solo, se puso a hablar con nosotras como pudo, ya que era Rumano y no se le daba muy bien el español, nos contó que él no podía vivir lejos del mar, que siempre que lo echaba de menos cogía la bici y pedaleaba 40 minutos hasta la playa. Me impactó bastante. Se veía que era un buen hombre y me cayó bastante bien. A demás, es de los míos, es decir, yo tampoco puedo vivir lejos del mar. Puede que no lo visite mucho, pero sé que está ahí, y sé que en cualquier momento puedo coger un bus hasta correos y caminar muy poquito por el Paseo Pereda para poder ver algo tan increíble como puede ser el "gran azul".
El tercer día fuimos a Islantilla a preguntar por mi curso de kitesurf, el cual no hice y por el que me llevé una desilusión. Y por la tarde montamos a caballo. Yo llevaba uno que parecía indio, se llamaba Pío y tenía que ir siempre el último. Paseamos por Doñana y al final por la playa con el atardecer de fondo. Pío fue el único que se bañó. Lo disfruté bastante, pero después, por la noche y al día siguiente, me dolía el culo de una manera...
El cuarto día volvimos a Sevilla. Otra vez Barrio de la Santa Cruz con un calor horrible. Compramos un par de cosillas, entramos en un alcázar y nos fuimos.
El quinto día dejamos el hotel y nos fuimos a Islantilla. Comimos en Isla Canela y preguntamos allí por otro curso de kitesurf. El chico era bastante simpático y se veía que era divertido. Dejamos el número de móvil y nos fuimos al hotel de Islantilla. Me bañé sola en la piscina y cenamos en una pizzería. Estaba en una especie de centro comercial, pero que si lo veis no pensáis para nada que es eso. El camarero nos dijo por dónde solía estar la gente de nuestra edad (mía y de mi hermana) y caminamos un ratito por el paseo viendo los puestos de los negritos (sin discriminación alguna eso de "negritos", es más, me cae super bien la mayoría).
Al sexto día nos fuimos a la playa. Santa sobada me pegué en la hamaca, dios. Me desperté para comer en un restaurante con un camarero super simpático y al volver a la hamaca me dormí otra vez. Me bañé tres veces, eh.
El séptimo día nos cambiamos de hotel, también en Islantilla, y nos pasamos el día en la piscina. Había un grupito de chavales de mi edad, pero como no estaba mi hermana me dio vergüenza hablar con ellos. También había un grupo de personas jugando al watervolley. El monitor me había invitado a jugar, pero me negué también por pura vergüenza. Después me arrepentí de no haber jugado y de no haber hablado con los chicos, tenían pinta de simpáticos y me enteré de que uno cumplía el día 18 de sept., un día después que yo y el mismo día que mi niñop. En fin, os aseguro que con la vergüenza lo único que se consigue es perder oportunidades.
Esa última noche cenamos nuestro último plato de jamón (riquísimo) y nuestro último plato de gambas de Huerva en Huerva (también riquísimas). Fue una pena..
Al día siguiente nos dormimos y casi no llegamos al desayuno. Dejamos la habitación sobre las 12 y a las 12 y 10 cogimos el coche pa' volver. Llegamos a la 1 y pico. No os imagináis las pocas ganas que teníamos las tres de llegar a Santander. Aquí la gente es muy seca, fría y aburrida. En el sur son super alegres (salaos, como dirían muchas personas que conozco), por eso me gusta tanto Tenerife, y Andalucía se parece. Mi madre se quiere ir de Cantabria, yo también. Aquí estamos muy ahogadas y encerradas. Es una sensación muy rara. Para mí (y doy fe de que para mi hermana y mi madre también) estar en esta casa, que no es nuestra, es muy difícil, siempre estoy encerrada en mi habitación y es como que mi tía no quiere que estemos en su casa. Aunque ella no está para vivir sola, ni de coña. En fin, daría lo que fuese por que mi madre encontrase trabajo. Y estando en Huelva la llamaron para dos, uno de ellos en mi colegio (al cual ya no voy a ir) y al final los dos se quedaron en meras ilusiones.
Bueno. Este viaje ha sido bastante guay. Nos hemos reído un montón mi madre, mi hermana y yo. Nos faltaba mi hermano, pero no pudo ser. Ha sido un viaje accidentado pero con buen humor. El segundo día de Sevilla nos metimos en una especie de cruce con un cartel de parking que resultó no ser por ahí, pero al mirar por el retrovisor nos dimos cuenta de que dos coches habían seguido nuestro ejemplo. Nos descojonamos increíblemente y ya cuando esos dos choches salieron y entraron otros cuatro fue la hostia. "Follow the leader" fue. Y en el último hotel yo me metí en una puerta giratoria mientras que mi hermana salía por una puerta normal, la vi tan cerca y bien que creí que ya era la salida de mi puerta.. Imaginaros el descojono de mi hermana y mío tras mi leñazo contra el cristal. Ni cinco minutos después, estábamos subiendo unas escaleras y mi madre se tropezó a lo tonto, fue la gota que colmó el vaso y rompimos a reír de nuevo. Salimos por el jardín y llegamos al paseo, caminamos hasta llegar al centro comercial aquél y al acercarnos a un banco en el que estaban tres chavales sentados, éstos se empezaron a dar codazos. Justo cuando pasamos por delante, carraspearon muy fuerte como para que les mirásemos mientras nosotras tres nos partíamos de risa otra vez. Madre mía, dicen que cuando ríes durante un buen rato se te alarga la vida 10 minutos. Si esto es verdad, nuestra vida se ha alargado bastante más de media hora.
El motivo de este texto es explicar lo bien que nos llegamos a sentir en este viaje. Éramos libres, podíamos hacer lo que quisiésemos, visitar cualquier lugar, no sé... Éramos nosotras tres y nadie más. Nadie que nos hiciese daño, nadie que nos agobiase, nadie que nos juzgase. Mi hermana fue la de siempre, joder, siempre risueña y con sentido del humor. Ha sido volver y cerrarse y poner malas caras a todo otra vez. Joder, mi madre lloró de la ilusión y por recordar lo mal que lo pasamos aquí, por poder desquitarnos estos 5 años de miseria.
Y pensar lo bien que las he visto a las dos estos 9 días y lo mal que las veo hoy...

jueves, 30 de agosto de 2012

Dulce inocencia.

Me gustaría volver a ser una niña. Son tan dulces y tan inocentes.. Y después llegas a la adolescencia y es cuando empiezas a darte cuenta de lo jodida que es la vida. Salvo aquellos que siguen viviendo en los mundos de yupi, obviamente. Me gustaría que cuando los demás me mirasen a los ojos viesen alegría, cero preocupaciones, inocencia. Que al hacer una trastada se diesen cuenta por esa risita que me delataba y que no hubiese una inmensa bronca, sino unas pocas palabras serias. Llorar porque se rompió mi juguete o porque no me dieron lo que quería y no por no poder ver a la persona que amo o el daño que me hacen algunas (muchas) cosas. Creer que pueden sacarme cosas de la oreja y reír al ver lo que sale. Hacer sonreír a una persona sólo con la mirada o con una simple palabra. El hecho de que me insultasen sólo me creaba una pequeña duda que podía dibujar y borrar para siempre con la goma del lápiz. Jugar al fútbol no era para chicos y podíamos juntar action-mans de los chicos con barbies de las chicas en un mismo juego, uniendo las caras de los muñecos y haciendo ruidos como si se estuviesen besando, porque aunque fuésemos peques y nos diese asco, era cosa de mayores y los muñecos se suponía que ya tenían cierta edad. Daba igual si vestíamos así o asá. Como si teníamos la cara llena de chocolate o las manos de colores a causa de los rotus. No teníamos vergüenza para casi nada, nos podíamos bañar en ropa interior o incluso desnudos en la playa, podíamos decir la mayor chorrada que se nos ocurriese o dejar en ridículo a alguien sin querer y sin miedo a lo que pensase el resto. Éramos felices con un simple caramelo y aguantar despiertos hasta las 12 era de héroes y heroínas. "Mierda" era lo más sucio que podíamos decir y eso del "Amor" era cosa de pelis. Tener un hermano mayor era un seguro de vida, un mellizo era una preciosa amistad y un hermano pequeño, una molestia (Esto último se suele mantener). Jugar al snake en el móvil de nuestros padres lo era todo, y si nos aburría se nos ocurría otra utilidad para el móvil (un coche, un asiento pa la barbie, una nave para las minipollie-pocket..). Eso de comer arena no era nada raro y hacer un castillo con ésta era algo para lo que había que tener paciencia y cuidado. Aprender a montar en bici o a nadar era un lujo y algo por lo que debíamos luchar. El mundo de los mayores era aburrido, eso de ir de fiesta no nos apetecía tanto y ver a un borracho en la calle era muy extraño. Quien no creyese en los reyes magos, no jugase con juguetes y/o no viese dibujos animados era estrafalario para nosotros. Eso de mancharnos era divertido y nos daba igual que después le tocase limpiarlo a nuestros padres, ni siquiera se nos pasaba por la cabeza. Los billetes eran simple papel que servían para comprar nuestros juguetes y las monedas eran algo duro, con dibujitos y que servía para comprar nuestras chuches. Las pesadillas y los monstruos del armario o de debajo de la cama eran nuestra mayor preocupación al irnos a dormir, nada de insomnio por amor, mala economía o problemas familiares/amistosos. A mi, como a la mayoría de la gente (espero), mi madre me leía un cuento antes de dormir mientras yo abrazaba uno de mis peluches (tenía un montón) y en mi interior había una gran lucha entre el sueño y el querer escuchar el libro enterito, pero estaba claro cual era, y es, el más fuerte. Teníamos el síndrome de Peter Pan, creíamos en los unicornios, la magia y en que había un príncipe azul para cada princesita y queríamos volar y sentirnos libres. Todo era más fácil cuando éramos pequeños.

sábado, 16 de junio de 2012

Graduación.

Era algo que veíamos muy lejos, pero a lo que queríamos llegar. De pequeñas decíamos "Yo de mayor voy a ponerme un vestido de princesa". Juzgábamos los del curso que tocase ese año y nos íbamos haciendo una idea de cómo queríamos que fuese nuestro vestido. Ahora, probablemente el vestido que tenemos preparado cada una no será como el que imaginamos, quién sabe. Supongo que los peques que hay ahora en el colegio se fijarán en todos nosotros y dirán: ¡Qué guapa va esa!, el vestido de la otra no me gusta, este chico está muy guapo, yo quiero llevar un vestido como ella, yo me peinaré como él.. Eso y cincuenta mil cosas más. Y todo esto mientras nosotros nos dirigimos emocionados a por nuestra banda tipo "miss universo", nuestro álbum de fotos y nosequé rollos más que nos den. Me hace mucha ilusión que llegue este día, yo siempre lo he visto lejano, un momento que día a día se iba acercando, pero sin darme cuenta. Aún a principios de curso me parecía que ese momento todavía no tocaba. Y, mirarnos, a una semana de finalizar este camino en el colegio, a una semana de oír nuestro nombre y apellidos y subir al escenario, a una semana de soltar un sinfín de lágrimas de alegría y de tristeza. Es un paso más para nosotros, pero un enorme paso. Un gran logro. Por otro lado, es una triste despedida, profesores y alumnos que nos han visto crecer. Echaremos de menos los encuentros con cada profesor de primaria por los pasillos del cole, la colleja por hacer el payaso en algún momento, que nos manden al comedor de pequeños por llevar media hora con el primer plato, pedirle "chupachuses" y kit kats al director y chicles a la secretaria, los abrazos al mejor profesor del mundo, los overbooking al salir de clase a la 1 con los peques, los partidos de fútbol entre profes y alumnos, las visitas al cerdo jochimino, los albergues y viajes con la clase.. Y es que cada cosa que hemos vivido en este colegio nos ha marcado para toda la vida.
Qué menos que darles las gracias a cada profesor, a la secretaria y demás personas que nos han enseñado lo que es la vida, que nos han ayudado cuando lo hemos necesitado y que nos han hecho aprender.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Volvería. 070512-130512

Echo de menos estar en Roma. Esos paseos visitando el coliseo, el vaticano, Tívoli, Sutri, la villa Deste, el Trastevere, la fontana.. Puff. Mi máxima preocupación era mi flipante dolor de pies de tanto caminar y encontrar un sitio en el que comer o cenar por 10 euros o menos. Me daba igual ir siempre detrás de los profesores, mi ritmo al caminar es rápido y yo no quería perder el tiempo, cuantos más sitios viese, mejor. Buah, ¡qué viaje me pegué! Encima los italianos nos dejaron el listón alto, están tan bueeeeenos, y son tan simpáticos.. Y la anteúltima noche, con nuestra cachimba en la ventana, echando unas risas, sacando el humo como podíamos pa que no saltase la alarma de incendios, preocupadas por que el profesor no entrase.. Y la última, ¡qué decepción! Nuestro planazo se fue a la mierda porque la reserva del albergue estaba mal hecha, dios, era un plan tan bueno, tío, que mierda.. Pero bueno, nos dejaron una sala pa dormir todos, y digo todos, juntos, en el suelo... Si veis nuestras cara al llegar al albergue y enterarnos de que la reserva estaba mal, todos tristes, pero cuando nos dijeron que habían bajado todas las cosas a una sala de abajo, buf todos en plan "Oh, oh, el alcohol, la cachimba, ¡todo a la vista del profesor!". Pero lo habían metido todo en bolsas de plástico y no nos pillaron. Buah.. ¿Lo que más me gustó? El coliseo, la villa Deste y la fontana di Trevi, precioso, me perdería por ahí todos los días.. No me daba tiempo a pensar en que ya no le tenía, y si lo pensaba intentaba aguantarme las ganas de llorar, a demás, estaba en Roma, ¿qué iba a ser eso de llorar en una ciudad como esa? Y tampoco pensé en los problemas familiares, esos que me están jodiendo todos estos días. Si es que.. Estaba de puta madre allí. Comiendo pizza y pasta todos los días, un par de gelatos, viendo tíos flipadísimos bailando street dance, con tiendas increíbles (con precios increíblemente caros), sentadita frente a la fontana escuchando el agua de los chorros y diciendo un no rotundo a todos los hindúes que vendían chorradas. Tío, mis mejores viajes: Roma, Egipto y Bélgica. Me encantaría irme por ahí, mi madre, mi hermana, mi hermano mayor, su novia y yo, a nuestra bola.. Arg, qué mal.. Estoy en depresión.. Allí estaba feliz. Pero bueh, siempre quedará el recuerdo.

viernes, 4 de mayo de 2012

190412, poesía para clase.

No sabía que al final, lo que escribí, se haría verdad, pero bueno, aquí la dejo. Una amiga y mi hermana dicen que es bonita, yo no sé qué pensar.

Recuerdos a tu lado rondan por mi mente,
Tímida sonrisa aparece entre mis labios,
Esos que esperan, de nuevo, por ti, ser besados.
En tu rostro, una mirada ardiente,
una mirada que rompe un alma en mil pedazos.
Yo solo quiero verme reflejada en tu mirada.
Ser el motivo de tu sonrisa,
y una vez más, de tu risa.
Lo único que consigo es alejarte,
Tú, desesperarme.
Dos palabras necesitas,
yo, esconderme entre tus brazos.
Deslizas tu mano por mis mejillas.
En tus labios, palabras que rompen un nosotros,
y de nuestros ojos, dolorosas lágrimas se escapan.
Tras unir, por última vez, nuestros labios,
Desenlazas nuestras manos,
Giras sobre ti, te vas
Dejando tus "para siempre" en el olvido,
el corazón se hace pedazos.

040512

Me desperté, me costó. Dormí fatal no, peor. Fui a clase con esa sonrisa forzada y esos ojos que delatan mi tristeza. Sigo siendo invisible para una de mis supuestas mejores amigas. Me fui con la única que sabe entenderme ya que vive cosas parecidas a lo mío en cuanto a amor. Llegó el profesor y anunció: Hoy haremos algunos de los test, la semana que viene os vais a Roma y a la siguiente haremos los test que falten. Bajamos rápidamente e hicimos ejercicios de coordinación. Empezaron los test: 38 abdominales en 1 minuto, en la última se me bloqueó el cuerpo, la espalda no me podía doler más, pero estaba aprobada. 1,95m de salto, la mejor marca en las chicas, me sentí orgullosa de mi misma. 5,14' en mil metros, sin el cacharrito para el asma, con un mareo impresionante, acabé mejorando mi marca de 5,52' y el profesor me alegró bastante cuando respondí "¡¿Enserio?!" y él dijo un sí con esa risita que tiene, aún más orgullosa me sentí, pero también con ganas de vomitar por el esfuerzo... Patio. Hice la portada de mi trabajo y llegó el profesor. Era la hora de nuestro tutor así que nos habló de Roma, normas, consejos, y cosas estilo "No quiero que volvamos ni con uno menos, ni con uno más, o medio." o "Más os vale comportaros, que en Italia ahora hay mala imagen de España por el chico este que ...", "Ni se os ocurra conocer al amor de vuestras vidas allí." y esos rollos aburridos seguidos de bromillas. Examen sobre el libro de "Nunca seré tu héroe", lo que me recordó a él... Yo nunca seré su heroína (me da igual si es heroína de droga o de héroe femenina). En fin. Llegó la hora de informática, con mi "english sister" (mote que nos pusimos en un trabajo de inglés en 2º de E.S.O) me entretuve, hablamos del chico asturiano, de Roma... De él, por supuesto.. Y lloré, no me importaba que pudiesen verme, solo quería descargar las pesadas lágrimas que había acumulado toda esa mañana. Como siempre, le imaginé aquí, ¡seré idiota! Si no va a venir, y si viene no será para verme precisamente a mi. Buf, que mal... La de cosas que se me pasan por la cabeza, y sobretodo la de él con la otra zorra... Pff, prefiero morir que saber que la imagen que crea mi cabeza es cierta.
No sé, tenía la necesidad de escribir sobre este día.. Supongo que será que me siento sola..