martes, 13 de marzo de 2012

Yo y mis abrazos.

No sé por qué, creí que eras de cristal, que si te abrazaba te ibas a romper, que si te golpeaba sin querer te destrozaría. Hoy me he asustado, ¿perderte a ti también? Si todavía no te he abrazado nunca. Cuando estabais las dos, erais mi abuela y su increíble amiga, ahora que ella no está tú eres como mi 3ª abuela. Me he dado cuenta de que siempre nos saludamos, nos sonreímos, nos preguntamos qué tal, nos preocupamos la una por la otra, y aún así no te he dado un buen abrazo, uno que nos haga sentir que no estamos solas, que aunque tu casa solo la ocupes tú, mi familia está contigo para todo. Porque cada día que bajo las escaleras, salgo del portal y te veo ahí me alegra el día. Saludarte y preguntarte cómo estás y que hagas esos gestos tan graciosos me encanta. Eres la alegría del edificio, eso te lo aseguro. Y menos mal que sólo es un susto que añadir a la lista. Te prometo, me prometo, y prometo en general, que cuando te vea, y no estemos separadas por ese muro que separa tu casa de la calle, (en un momento oportuno) te plantaré un abrazo. :3 ¡Que ya eres como de la familia! Y como me quede sin abrazarte me da algo, no sé por qué, pero los abrazos me importan mucho y encima me encantan.

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